Hacia una sociedad libre de humo

Esta nota fue publicada a principios de la primera decada del siglo XXI cuando se comenzaba a discutir la existencia de espacios cerrados para fumar. La nota no pierde vigencia porque esta orientada a promover el uso de sistemas para el tratamiento del aire cuya finalidad sea obtener calidad ambiental y no tan solo refrigerar ó calefaccionar ambientes.

Mi punto de vista es que mejorar la calidad de aire ambiental en espacios públicos abiertos y cerrados debe ser el objetivo. 

aire calidad

Son indiscutibles los perjuicios del tabaco en la salud de los seres humanos tal como lo explica la Organización Mundial de la Salud.

Es en ese sentido que, al establecer regulaciones, la sociedad mundial actual reconoce los efectos negativos que provoca en sus integrantes el consumo del tabaco.

Claramente la tendencia de las regulaciones hacia la prohibición de fumar en todos los espacios cerrados públicos y privados con acceso público tiene como fin la prevención y asistencia de la salud pública de los habitantes.

Estados y ciudades se van sumando hacia una sociedad libre de humo con leyes y reglamentaciones propias.

En algunos casos contemplan excepciones por tipo de establecimientos y comercios, en otros reglamentando superficies y espacios. También es posible encontrar casos con prerrogativas en favor de costumbres culturales y ceremonias religiosas.

Son de aplicación jurisdiccional y sus contenidos no son homogéneos creando fronteras con límites, en muchos casos físicos, muy delgados entre permisividad y prohibición.

Sin embargo la aplicación drástica de las regulaciones ha provocado sensaciones de discriminación en fumadores y no fumadores al sentirse repentinamente imposibilitados de continuar compartiendo momentos dentro de ciertos espacios cuyo uso fue habitual durante mucho tiempo. Y todo ello aún en contra de sus propias voluntades.

Evidentemente es necesaria la prohibición de fumar en espacios públicos cerrados. Pero también ineludiblemente debe atenderse a aquellos que siendo fumadores ó no fumadores al ejercer su libertad deciden por voluntad y elección propia compartir un espacio común.

En este sentido son muchos los que creen en la necesidad de impulsar una transición armoniosa hacia una sociedad libre de humo.

Para entender mas la dificultad que enfrenta el fumador es importante considerar que el tabaco está compuesto por sustancias que provocan adicción. Es decir un hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas, según la definición de la Real Academia Española.

Entonces es lógico que, ante este estado de situación, no sea posible pensar que la finalidad de las regulaciones se alcanzará en forma intempestiva.

En respuesta a estas necesidades se han generado diversas propuestas para el desarrollo de espacios privados de uso privado destinados a la permanencia y prestación de servicios a las personas mayores de edad fumadoras y no fumadoras que por libre elección decidan asistir a los mismos.

En esta línea de pensamiento son de considerar aquellos proyectos que impulsan el uso de sistemas de purificación del aire, ventilación y todo otro tipo de dispositivos que por su acción eviten la propagación de los efectos nocivos provocados por la combustión del tabaco y tiendan a minimizar su impacto sobre las personas que, por su voluntad, permanezcan en espacios cerrados habilitados para fumar.

Están orientados a lograr las mejores condiciones ambientales sustentadas en niveles de calidad de aire posibles de auditar y certificar por instituciones reconocidas en su capacidad de evaluarlos científicamente.

En esta búsqueda se involucran científicos, proyectistas, proveedores de equipos y la industria vinculada al tratamiento del aire en su afán de dar soluciones a empresas de servicios tales como hotelería, restaurantes y casinos que se han visto impactadas en la calidad del servicio al cliente que proponen y claramente no pueden brindar en forma completa.

Nuestra Industria del Entretenimiento no es ajena a estos hechos y está claramente impactada en términos económicos por la desigualdad reglamentaria en las diversas jurisdicciones. Como así también afectada en la calidad de servicios que puede ofrecer pues ante el reclamo de los clientes se ve imposibilitada de satisfacer.

No es sencillo, pero si posible, encontrar soluciones a esta problemática contemplando la libre decisión de las personas adultas en un marco donde además de respetar voluntades se ejerza prevención en la salud pública de los habitantes.

Para lograrlo las inversiones deben estar orientadas a proyectos sustentados en bases científicas con el objetivo de alcanzar patrones de calidad ambiental que respondan a standards reconocidos internacionalmente, posibles de ser medidos y certificados por autoridades competentes.

Creo que este camino permitirá una transición armoniosa hacia una sociedad libre del humo de tabaco como así también impulsara el uso de sistemas para el tratamiento del aire cuya finalidad sea obtener calidad ambiental y no tan solo refrigerar ó calefaccionar ambientes.

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