Basado en las ideas de Jeremy Rifkin en su libro “La sociedad de coste marginal cero”, donde considera las nuevas tendencias tecnológicas y su impacto en la economía mundial, esta nota traza un análisis del pasado, presente y futuro de los procesos productivos, los medios de comunicación y las formas de energía, que interpelan a creadores y consumidores en busca de la máxima eficiencia en un entorno sustentable.
Introducción
Invadidos por la tecnología estamos sometidos a nuevos paradigmas impensados hace poco tiempo atrás. Claramente percibimos en nuestra actividad diaria que se producen fuertes cambios en todos los órdenes de nuestra vida. Mencionaré unos pocos ejemplos.
Gran parte de la humanidad se comunica instantáneamente y en forma ubicua desde sus dispositivos móviles intercambiando y accediendo a información, audio y videos.
Millones de personas y empresas generan energías renovables in situ. Por medio de energía solar, eólica, geotérmica, biomasa.
Empresas nuevas fabrican productos mediante impresión 3D, generan la energía que consumen y venden sus productos en centenares de sitios web de todo el mundo.
Introducción en la cadena productiva de tecnologías basadas en blockchain, inteligencia artificial, bigdata, realidad virtual, etc
Millones de estudiantes de todo el mundo que no han podido acceder a una formación universitaria, pueden seguir cursos por Internet (MOOC), impartidos por los mejores profesores del planeta y recibir créditos por su trabajo.
Podría continuar la lista…
Cambios de paradigma económico en la historia
Comencemos con algunas definiciones:
Thomas Kuhn define:
un paradigma es un sistema de creencias y supuestos que actúan conjuntamente para crear una visión del mundo integrada y unificada, y que al ser muy convincente y persuasiva se considera equivalente a la realidad misma.
Dice Rifkin:
los paradigmas económicos no son fenómenos naturales, sino simples construcciones humanas.
Las grandes transformaciones económicas que se han producido a lo largo de la historia se han basado en el descubrimiento de nuevas formas de energía y nuevos medios de comunicación. La convergencia entre una forma de energía y un medio de comunicación establece una matriz nueva (matriz de comunicación/energía) que reorienta la dinámica espacio-temporal y permite que más y más personas se reúnan en organizaciones sociales más interdependientes y complejas. Las plataformas tecnológicas que surgen de esta convergencia forman una infraestructura que dicta la manera de organizar y gestionar la economía
La Europa feudal era un complejo comunicación/energía de subsistencia. Siervos, bueyes y caballos conformaba la mayor parte de la matriz de energía. Los bosques europeos producían abundante energía térmica para calentar las viviendas y alimentar una metalurgia a pequeña escala. Localidades aisladas y aldeas desperdigadas. La población era analfabeta y la vida económica estaba ligada a las restricciones temporales y espaciales de la cultura oral.
Johannes Gutenberg en 1436 inventa la imprenta con consecuencias tan importantes como las que tiene Internet hoy en día.
Siglo XVIII – Comienzo del régimen de propiedad privada con sistema legal respaldado por un sistema policial y judicial. Nuevas tecnologías agrícolas, como el arado de ruedas pesadas, la sustitución de bueyes por caballos o las rotaciones de dos a tres campos. Avances en la metalurgia, innovaciones mecánicas como la leva, el resorte, el pedal, la biela, el cigüeñal complejo y el regulador, que sustituyeron el movimiento alternativo por el movimiento rotatorio continuo. Molinos de agua y de viento proporcionan nuevas formas de energía.
Siglo XIX – La Introducción de la máquina de vapor trajo la Primera Revolución Industrial. La imprenta a vapor y el telégrafo fueron los medios de comunicación que permitieron conectar y gestionar un complejo sistema ferroviario y fabril, basado en el carbón, que conectaba áreas urbanas densamente pobladas dentro de los mercados nacionales. A fines de siglo comienza la Segunda Revolución Industrial. Reemplazo del vapor por la electricidad y el petróleo como fuentes de energía.
Siglo XX – La telefonía y, más adelante, la radio y la televisión, se convirtieron en los medios de comunicación que permitieron conectar y gestionar una época y una sociedad de consumo geográficamente más dispersa y marcada por la electricidad, el petróleo, el automóvil y las comunidades residenciales suburbanas. A mediados del siglo XX se desencadena la Tercera Revolución Industrial signada por el impacto de la evolución tecnológica y las comunicaciones en la transformación de la industria.
Siglo XXI – Internet se destaca como el medio de comunicación que, además, permite gestionar información, comercio, energías renovables distribuidas, sistemas automatizados de logística y transporte.
En un mundo globalizado cada vez más interconectado, vivimos el comienzo de la Cuarta Revolución Industrial que nos presenta nuevos materiales, la Internet de las cosas (IOT), la impresión 3D y nuevas energías.
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Este rápido recorrido histórico nos permite observar que los cambios en la matriz comunicación/energía acortaron distancias, redujeron tiempos y unieron a personas de diferentes lugares en actividades económicas conjuntas, dando como resultado un aumento de la productividad
La Productividad
La productividad es una medida de eficiencia productiva expresada por la proporción entre aquello que se produce y lo que es necesario para producirlo.
En principio, los economistas se contentaban con medir la productividad según dos factores: el capital físico y el rendimiento laboral. Este enfoque ha cambiado en los últimos veinticinco años.
Varios analistas ( Reiner Kümmel, Robert Ayres, entre otros), han examinado el crecimiento económico del período industrial mediante un análisis basado en tres factores: el capital físico, el rendimiento laboral y la eficiencia termodinámica del uso de energía.
Observaron que el aumento de la eficiencia termodinámica con que la energía y las materias primas se convierten en trabajo útil explica la mayor parte del aumento de la productividad y del crecimiento en las economías industriales.
Si revisamos más a fondo las dos primeras revoluciones industriales veremos que los aumentos de la productividad y del crecimiento fueron posibles gracias a la matriz de comunicación/energía y a la infraestructura correspondiente, que conformaban la plataforma tecnológica de uso general en la que se basaban las empresas.
Infraestructuras
La infraestructura tecnológica de la Segunda Revolución Industrial constituyó la base para el aumento espectacular del crecimiento en el siglo XX. Formada por redes de telecomunicaciones, redes viales, redes de distribución eléctrica, oleoductos y gasoductos, sistemas de suministro de agua potable y de alcantarillado, y sistemas de enseñanza pública.
Los avances en la eficiencia y la productividad debidos al uso de herramientas eléctricas no hubieran sido posibles sin una red de suministro eléctrico.
Las empresas tampoco habrían podido lograr las eficiencias y los aumentos de productividad de las grandes operaciones de integración vertical sin el telégrafo y, más tarde, el teléfono, que les permitieron una comunicación instantánea con sus proveedores y distribuidores y el acceso inmediato a las cadenas de mando de sus operaciones internas y externas.
Las empresas tampoco podrían haber reducido de una manera significativa sus costes de logística sin una red vial que comunicara los mercados interiores.
Por otro lado, la red de suministro eléctrico, las redes de telecomunicaciones y los vehículos ligeros y pesados que circulaban por la red vial se alimentaban con energía procedente del petróleo, que para pasar de los pozos a las refinerías y las gasolineras necesitaba una infraestructura de integración vertical.
La mayoría de estas infraestructuras son públicas, que se sufragan o subvencionan por medio de impuestos y son supervisadas y reguladas por el Gobierno a nivel local, estatal o federal.
Sin embargo mejorar la infraestructura de la Segunda Revolución Industrial es poco probable que tuviera fuertes efectos medibles en la eficiencia, la productividad y el crecimiento. Basada en las energías fósiles, esas tecnologías concebidas y diseñadas para aprovechar estas energías, como el motor de combustión interna y la red centralizada de distribución eléctrica, han agotado su productividad.
Evidentemente con estas tecnologías es imposible pensar en alcanzar una eficiencia termodinámica del cien por ciento.
En este escenario el aumento de la productividad será posible a través del naciente Internet de las Cosas (IoT , Internet of things). Un concepto que se refiere a la interconexión digital de objetos cotidianos con internet.
Internet de las cosas sería la primera revolución de la historia basada en una infraestructura inteligente que conectará máquinas, empresas, viviendas y vehículos en una red inteligente formada por un Internet de las comunicaciones, un Internet de la energía y un Internet de la logística integrados en un único sistema operativo.
Esta infraestructura inteligente ofrecerá a las empresas conectadas a la red un flujo continuo de Big Data (variaciones del precio de la electricidad, tráfico logístico en cadenas de suministro, flujos de producción en líneas de montaje, los servicios externos e internos de las empresas, el seguimiento de la actividad de los consumidores en tiempo real) que podrán procesar mediante análisis avanzados con el objetivo de crear algoritmos predictivos y sistemas automatizados que les permitan mejorar su rendimiento termodinámico y aumentar drásticamente su productividad.
Cambios y desafíos futuros
Extender estas posibilidades a todas las actividades del ser humano (salud, educación, entretenimiento, turismo, etc.) permite avizorar profundos cambios en la humanidad.
Aunque también traerá nuevos desafíos.
Algunos vinculados a la privacidad de los datos, su cuidado y acotamiento en pos del bien común. Donde la cuestión fundamental pasa por los límites que habrá que establecer para garantizar la protección del derecho a la privacidad cuando todas las personas y todas las cosas estén interconectadas.
Pero también es ya una realidad que millones de trabajadores han sido sustituidos por tecnología inteligente en empresas y entidades profesionales de todo el mundo. La robótica, la automatización de procesos y las soluciones de software predictivo son introducidas cada vez más en las actividades manufactureras y de servicios aumentado la eficiencia y reduciendo los costos.
Esta mano de obra convencional desplazada representa un fuerte desafío a resolver porque la tendencia marca un incremento de la desocupación.
Mis conclusiones
En este contexto muchas de las competencias laborales actuales deben cambiar.
Ya se han producido algunos cambios impensados años atrás. Lo invito a realizar su propia enumeración.